Los carteles publicitarios que llevan los autobuses vuelven a estar en el centro de la polémica. Primero fue Dios quien se 'subió' al transporte público y después su negación... Después fueron los chicos del Barça los que volvieron a 'herir sensibilidades' al empapelar el transporte de la ciudad condal con su famosa 'manita'... Y, ahora, ya no queda sitio para 'De mayor quiero ser soldado'.
Esta película narra la historia de Álex, un niño de ocho años fascinado por la violencia en la televisión y en los videojuegos hasta que empieza a desarrollar una obsesión enfermiza que le provoca problemas de comunicación con sus padres y otros compañeros del colegio hasta encerrarse en sí mismo. Pero sus carteles publicitarios... son 'peligrosos' según la empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona. A pesar de que esta cinta ha sido acogida con los brazos abiertos por la comunidad educativa y de que ha sido alabada por el Defensor del Menor, el Juez de Menores de Granada, el Director General de Educación y hasta el Alcalde de Barcelona... sus carteles publicitarios pueden resultar "ofensivos" y "afectar a la sensibilidad y el buen gusto de los ciudadanos", según la empresa de autobuses que ha decidido censurar el provocativo anuncio.
Sin duda, la sociedad padece un enfermizo síndrome de bipolaridad que no hace sino rozar el mayor bochornoso ridículo... ¿O es que ahora va a resultar que es más grave denunciar, sin adaptarse a lo 'políticamente correcto', los peligros de la violencia que fomentarla día a día?
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